
- Título traducido: Masacre en la universidad
- Director: Evan Lee (Keith Burns, Ed Wood Jr.)
- Guión: Keith Burns, Ray Atherton, Miklos Gyulai, Steve Singer
- País: Estados Unidos Año: 1977 Duración: 85 min.
- Música: Joe Azarello, Gary Ray, Ed Scannell, Steve Singer, Jay Stewart Fotografía: Guerdon Trueblood, Roy H. Wagner
- Compañía: Astral Films, Group 1
- Intérpretes: Christopher Lee, Larry Justin, J. Arthur Craig, James Habif, Doug Senior, Bob Mead, Paul Kelleher, Maria Arnold, John DeRose, Guerdon Trueblood, Phil Meyer, Drew Michaels, James R. Bagdonas
- Género: Terror
Sinopsis
Un profesor especializado en rituales antiguos y culturas ancestrales es atacado por cuatro de sus estudiantes estando en su propia casa. Quedando en estado catatónico pero consciente, invocará al mal para satisfacer su propia venganza...

Se trata de una especie de proto slasher donde se mezclan diversos estilos para contarnos una historia sobre ritos diabólicos y entes paranormales. La premisa es muy sencilla, donde un profesor especializado en esta materia es atacado por algunos de sus alumnos más revulsivos. Como venganza, invocará al mal para que el demonio les vaya dando matarile uno a uno, a cada cual con una ida de olla diferente.
Si bien parece que a priori todo pinta la mar de bien, la verdad es que a medida que avanza la historia se va haciendo cada vez más anodina, y eso sin tener en cuenta la falta de medios y las formas tanto en la dirección como en su montaje. Tiene algunos momentos memorables, como los viajes psicodélicos que sufren en cierto momento o una de las muertes donde fenecen por el ataque de unos cactus, pero son demasiado pocos como para valorarla positivamente.
La película se hizo como tantas otras para ser proyectada directamente en las sesiones grindhouse, con lo que tampoco se esperaba mucho de ellas. Aún así, parece que quiso relanzarse de nuevo añadiendo un extra que fuese atractivo para el público asiduo a este género, siendo ni más ni menos que el gran Christopher Lee. Una grabación metida con calzador donde a modo de prólogo y de epílogo el maestro introduce y despide al espectador en este mundo de rituales, a modo de maestro de ceremonias. Aún así, la cosa no mejora mucho más.
De todas formas, es el tipo de cine que hay que ver en ciertas condiciones y con cierto ambiente menos formal. Ya sabemos a lo que nos atenemos y es mejor dejar el sentido crítico aparcado por un rato, siendo el modo más adecuado para divertirse con una sesión de este tipo.
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