Zinemaldi 2019 ~ Día 7

Recta final de festival en el que tras una semana de proyecciones ya podemos ir haciendo una criba con las posibles ganadoras de los diferentes galardones que se concederán en la gala de clausura. Una posible quiniela que tras tantos visionados en tan poco tiempo puede que quede algo distorsionada, pero que seguramente irá cuadrando repose tanta información.

La primera de la jornada de ayer fue la producción inglesa Rocks de la directora Sarah Gavron, la cual entraba dentro de la Sección Oficial.

Fable Pictures

Ser adolescente es complicado, pero mucho más si además se tienen problemas en casa y la situación económica está por debajo del umbral de la pobreza. Esto es lo que le pasa a Rocks, el apodo de una quinceañera que tendrá que lidiar con la dureza de la vida adulta aparte de tirar adelante con la suya propia. Un relato que nos llevará por un viaje desde la desesperación hasta la reconciliación con los valores que nos hacen mejores personas.

Tercer largometraje de una directora dedicada mayormente a la televisión pero que en su corta trayectoria ya se puede apreciar la protesta social hacia aspectos cotidianos que quizá se nos puedan pasar por alto pero que son necesitados de ayuda con carácter de urgencia. Rodada en un formato quasi documental, los jóvenes actores distan de realizar una interpretación estilizada hacia una más abrupta cercana a la realidad, muy de agradecer sabiendo de antemano que la mayoría son primerizos.

La siguiente pertenecía a la sección Perlas y en la que pudimos ver el segundo trabajo del actor, escritor y director norteamericano Casey Affleck, Light of my life.

Black Bear Pictures

A la vez que guionista, director y actor de su misma película, el pequeño de los Affleck se encamina en este nuevo reto con una historia con la que llegar a la sensibilidad del espectador, utilizando para ello las aventuras paternofiliales que viven sus protagonistas en un mundo post apocalíptico. Cimentada sobre una base ya vista previamente en otros trabajos nada desdeñables, lo único que le quedaba para merecer nuestra atención era el desarrollar ese vínculo desde el punto de vista sentimental, cosa que hace bien pero no llega a ser suficiente.

Está claro que al ser el realizador de su propia película tiene claro lo que quiere que se refleje delante de las cámaras, así que siendo partícipe también en el reparto actoral, contagia a los demás con ese mismo énfasis y les dirige con gran acierto. Pero aún teniendo un empaque global bien trabajado, parece faltarle un paso más para que sea una película más grande. Es como si nos estuviese alimentando la primera hora con unas expectativas que al final nunca acaban de llegar. De todas formas, es una película muy recomendable y llena de valores que quizá hoy día se están perdiendo.

Rescatada del olvido y tras una singular y algo sombría historia, por fin veía la luz el documental que grabó Sydney Pollack de las sesiones Gospel que Aretha Franklin grabó en una iglesia de Los Ángeles, convirtiéndose en el mejor disco del género. Amazing Grace de Alan Elliot

Warner Bros

Tras casi cuarenta años encerradas en un armario, las bobinas de película que utilizó Pollack para rodar dicho concierto por fin vieron la luz, gracias a que Alan Elliot decidió desempolvarlas para que la gente pudiese apreciar tanto talento desprendido por la gran artista. Aún así, tras un largo periodo de restauración y ponerle una fecha de estreno en salas de cines por allá en el año 2011, Aretha decidió (con juicios de por medio) que aquella película no debía ver la luz, al menos mientras ella se mantuviera en vida.

Así pues, y aunque fundamentado por la muerte de la cantante el año pasado, por fin hemos podido apreciar la magnitud de lo que significó aquel concierto, tanto para ella como para el resto del mundo musical. Una maravilla poder ver a Aretha en su mejor momento desplegando ese chorro de talento que posiblemente nadie pueda igualar, así como el sentimiento que le impregna y que directamente traslada al espectador hasta ponerle los pelos de punta. Una maravilla que hay que disfrutar a máximo volumen y con las mejores condiciones acústicas posibles.