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14 octubre, 2018

Sitges 2018 ~ Día 10

Último día de festival y, aunque estemos un poco extenuados por el trote que hemos llevado durante estos diez días, la verdad es que vamos un tanto cabizbajos por tener que acabar. Pero bueno, la resolución final es más que positiva y es que hacía tiempo que no recordábamos una edición con tanta calidad como la de este año, tanto de películas proyectadas como de invitados, y eso no nos hace más que pensar ya en el siguiente con más ganas de volver aún.

Pero bueno, comentemos lo que se pudo ver ayer, que aún quedaba tela de la buena por cortar. Comenzábamos tempranito por la mañana con la proyección de The Wind (2018) de Emma Tammi.

Nos encontramos en plena expansión colonial en los Estados Unidos donde una joven pareja inicia su nueva vida en una casita apartada de la ciudad. Todo parecerá funcionar de maravilla hasta que otro matrimonio se traslade a una finca vecina y comiencen a suceder extraños sucesos.

Contada a modo de flashbacks que van saltando entre épocas para contarnos a cuentagotas lo que le suceden a estas dos parejas, la verdad es que aunque pueda parecer que esta técnica penalice el ritmo de la película, la atmósfera que crea es lo suficientemente inquietante como para mantener al espectador atento. Un ritmo que va creciendo poco a poco y que llega a su cumbre en el tramo final con la maravillosa actuación de la protagonista principal que absorbe la pantalla por completo. Un thriller sobrenatural que seguramente no dejará indiferente a nadie.

El siguiente turno era para la nueva película del casi inclasificable director británico Jim Hosking, el cual titula como An evening with Beverly Luff Linn (2018).

Si en la pasada edición nos sorprendió a todos con aquel despliegue de barbaridades incorrectas titulado The greasy strangler (2017), este año se hace eco de un reparto algo más conocido para llevar a cabo esta historia de amor y desengaño, siempre desde su trasgiversado punto de vista.

Quizá menos aberrante que aquella locura, ésta es un tanto más contenida pero aún así impregnada por ese humor tan característico que tiene amantes y detractores a partes iguales. Un despropósito de escenas absurdas y diálogos que nos llevarán a un estado catártico para formar parte de ese pequeño universo a base de carcajadas. La verdad es que este director ya se ha hecho un hueco en esta pequeña liga de cine cómico-surrealista.

Y a continuación venía el que posiblemente fuese uno de los mejores momentos del festival, la presentación de un avance de Glass y la posterior charla con su director, M.Night Shyamalan

Más allá de lo que pudimos ver en el pase para el público (mucho menos que los privilegiados que entraron a la presentación por la mañana para prensa) y que aún así promete muchísimo, lo mejor fue la hora y poco más que el director nos dedicó contestando a preguntas de los espectadores. Se nota que es un verdadero amante del cine y que tiene un background fílmico a sus espaldas que nos dejó a todos flipando. Humilde y sin pretenciosidad, este director que parece volver a la senda del éxito nos desvelaba aspectos de su pequeño universo de superhéroes, de cómo los concebía y la visión que tiene de los mismos respecto a los que comandan Marvel o DC. Un auténtico privilegio.

Y como no, el tan esperado concierto que John Carpenter y su banda nos ofrecía en el Auditori. El único momento en el que pudimos ver al maestro del terror durante este festival y que posiblemente no tengamos oportunidad de tener ocasión igual para tenerle en persona delante.

Es sabido que sus composiciones no son una maravilla de otro mundo, pero verlo en el escenario con esas pantallas de proyección a sus espaldas reviviendo casi todos sus títulos con la música en directo y el aforo completo, es una sensación indescriptible. Todos conocemos sus temas y los identificamos casi con los ojos cerrados, así que al inicio de cada uno de ellos el clamor y calor del público se hacía presente. Aparte, aunque su nombre ya indique que este espacio está preparado para este tipo de eventos, el Auditori sonaba realmente espectacular y se veía a la perfección desde cualquier butaca. La combinación de todo el conjunto fue realmente espectacular y un broche perfecto para esta fantástica edición.

Y aunque no se aproxime mucho al directo, para hacerse una idea del montaje que traía con su grupo en el siguiente vídeo se puede ver el opening del concierto:



Y sí, teníamos una última película programada para gastar definitivamente los cartuchos que nos quedaban en la guantera, el experimento que Guy Maddin, Evan Johnson y Galen Johnson han realizado con el título de The green fog (2018).

No sé si fue porque aún teníamos la mente en el concierto y no prestamos suficiente atención a lo que ocurría en pantalla, pero la verdad es que no entramos en ningún momento en esta pseudo-película que se centra en la ciudad de San Franciso como telón de fondo y que nos cuenta una historia un tanto abstracta. Montada a partir de recortes de otros grandes clásicos que se rodaron en esta gran ciudad, estos directores han pretendido hacerle una especie de homenaje con este medio metraje al que han añadido una banda sonora muy de Bernard Hermann en su época con Hitchcock. Un experimento que ha sido reconocido en otros festivales donde se ha proyectado pero que a nosotros no nos ha llenado par nada.

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