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29 marzo, 2017

A Cure for Wellness

Oda a la locura...

Caratula
  • Título traducido: La cura del bienestar
  • Director: Gore Verbinski
  • Guión: Justin Haythe, Gore Verbinski
  • País: Estados Unidos Año: 2017 Duración: 156 min.
  • Música: Benjamin Wallfisch  Fotografía: Bojan Bazelli
  • Compañía: New Regency, Blind Wink, Studio Babelsberg
  • Intérpretes: Dane DeHaan, Jason Isaacs, Mia Goth, Susanne Wuest, Celia Imrie, Lisa Banes, Adrian Schiller, Ivo Nandi, Natalia Bobrich, Johannes Krisch, Jason Babinsky, Judith Hoersch, Jeff Burrell
  • Género: Thriller
Sinopsis
Tras ascender repentinamente a un cargo de mayor responsabilidad, a Lockhart le delegan la obligación de portar la firma que falta para promediar una fusión empresarial que les salvará de la quema. Para ello tendrá que ir en busca del componente faltante de la junta, el cual lleva recluído desde hace tiempo en un balneario suizo y no muestra deseos de regresar. Pero una vez allí descubrirá que algo extraño se intuye en el ambiente y decide investigar...

Si echamos una mirada atrás hacia la carrera de Verbinski, podremos apreciar que no se trata de un director muy regular de cara a la crítica. Exceptuando los éxitos más comerciales (que aún así siguen siendo bastante personales...), la mayoría de sus películas no han dejado indiferente a nadie, y bajo mi punto de vista es debido al toque con el que parece querer reivindicar su amor por el cine de género. En esta última película queda muy evidente, dejándonos una estética y un mensaje subliminal que va mucho más allá del juego al despiste con el que se presenta desde un principio...

Y es que muchos dirán que la historia es bastante convencional, que se intuye lo que va a suceder a partir del primer cuarto de hora de visionado y que quitando alguna escena de suspense y otras que incomoden al espectador, acaba siendo una ida de olla que no va a parar a ningún sitio. Pero ese es el camino fácil que el director utiliza para jugar con el espectador, dejando un mensaje en segundo plano para el que quiera abrir su mente y se deje llevar por todo lo demás que rodea esta película.

Todo está repleto de referencias a grandes clásicos del cine de género pero sin ser demasiado explícito ni redundante en ello, desde una atmósfera gótica y enfermiza que nos transporta a lo mejor de los años setenta, hasta el cine más personal y visual de directores consagrados hace ya mucho tiempo como dioses en este arte. Una amalgama que también nos hace descender hacia la locura más insana, coqueteando con ese universo lovecraftiano que tanto se agradece visitar de vez en cuando. Eso sí, sin ser reticente en mostrar imágenes que puedan (y lo hacen) incomodar al espectador, pero necesarias para este viaje de sólo ida.

En definitiva, una película que nos deja bien claro que la enfermedad real a la que estamos todos sometidos es la sociedad actual y el ritmo de vida que nos obliga a llevar. Una enfermedad de la cual somos inconscientes que llevamos en nuestro interior y para la que seguramente no habrá ninguna cura, por mucho que tan bien nos lo proponga el amigo Verbinski. Arriesgada apuesta que no será de agrado para todos, pero que quien la pueda apreciar en todo su rango la disfrutará como una de esas joyas que salen de tanto en tanto...

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