Barcelona tiene poder... oculto...

- Título traducido: Torre de cristal
- Director: Freddie Francis, Ken Wiederhorn (Ken Barnett)
- Guión: Robert J. Avrech, Ken Blackwell, Ken Wiederhorn
- País: Reino Unido Año: 1989 Duración: 91 min.
- Música: Stacy Widelitz Fotografía: Gordon Hayman (B&W)
- Compañía: Sandy Howard
- Intérpretes: Michael Moriarty, Jenny Agutter, Carol Lynley, Theodore Bikel, Kevin McCarthy
- Género: Terror, Thriller
Sinopsis
En un edificio de nueva construcción empiezan a suceder extraños accidentes mortales, los cuales no parecen tener conexión alguna entre ellos. Pero a medida que avanza la investigación se darán cuenta que es algo que escapa de su propio razonamiento...

El problema viene dado por el paso de diferentes manos tanto en la escritura del guion como en la propia dirección de la película. Si bien tenemos detrás nombres como el de Ken Wiederhorn, el cual se encargó de clásicos como Shockwaves (1977) o Return of the libing dead: Part II (1988), o el de Freddie Francis, habitual de la Amicus y de la Hammer con grandes títulos a sus espaldas, la verdad es que poco o nada de todo aquello podremos apreciar aquí. Y es que seguramente hasta ellos mismos se dieron cuenta de la falta de calidad del producto final, con lo que decidieron inventarse un Alan Smithee llamado Ken Barnett para que saliese en los créditos como responsable de la realización.
Igual pasa con el reparto actoral, que aunque no sea demasiado poblado al menos tiene algunas caras conocidas, sobre todo en cuanto al cine de género se trata. Como protagonistas tenemos a un desubicado Michael Moriarty, muy lejos de sus papeles realizados para las maravillosas producciones de Larry Coen como The Stuff(1985) o Q:The Winged Serpent (1982), el cual no tiene ninguna química con su pareja de baile, Jenny Agutter (Logan's Run, 1976), demasiado sobreactuada en cualquiera de las situaciones que se le presentan. Quizá el pequeño papel que desempeña Kevin McCarthy y esos minutos finales, sean de lo más destacable.
El principal argumento que la mueve son los misteriosos accidentes mortales que se producen en un edificio de nueva construcción, los cuales parecen tener un trasfondo paranormal al no encontrar explicación alguna a sus extrañas muertes. La investigación acabará desembocando en especialistas del más allá, con los que en su tramo final descubriremos el por qué de tales sucesos. Algo que al espectador no sorprenderá en lo más absoluto, muy a nuestro pesar.
La lástima es que el resultado se queda como una película que podía haber ofrecido algo más. No es la primera (ni la última) en que un edificio maldito va cosechando muertes poco a poco, pero sí haciéndolo de forma tan pusilánime. El desarrollo es demasiado lento como para mantener la atención del espectador, la repetición de escenas no ayuda tampoco demasiado a generar algo de frescura y para cuando hay algo que parece ser interesante, el ánimo ya se ha perdido por completo. Todo ello sin contar, ya por defecto, con algunos agujeros e incongruencias en su historia.
Pero bueno, a pesar de todo se deja ver, sin tener la sensación de haber perdido una hora y media de tu vida. Lo mejor es la localización, rodada completamente en una Barcelona pre-olímpica donde veremos cómo era por aquel entonces, tanto en las infraestructuras como en los pequeños detalles, como cartelerías u objetos de consumo diario. Eso sí es algo que se capta muy bien y llama la atención, sobre todo para los que vivimos esa época. Por lo demás, pues bueno, una más para la colección de visionados...
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