El hogar lo es todo...
- Título traducido: Pyre
- Director: Vinod Kapri
- Guión: Vinod Kapri
- País: India Año: 2024 Duración: 110 min.
- Música: Mychael Danna, Amritha Vaz Fotografía: Manas Bhattacharyya
- Compañía: Bhagirathi Films Private Limited
- Intérpretes: Padam Singh, Heera Devi, Subhash Chandra, Sadab Khan, Shubham Chaudhary
- Género: Drama
Sinopsis
En la cordillera del Himalaya, una aldea rural va perdiendo a sus habitantes poco a poco ante el encanto y las oportunidades que ofrece la ciudad. Pero una pareja de ancianos, Padam y Tulsi, no quieren abandonar el hogar que se lo ha dado todo...
Pyre
Previo al pase de la película, este director indio era totalmente desconocido para mí, pero tras quedar impactado por lo maravillosa que es e investigando posteriormente su filmografía, podemos ver que no es el primer trabajo que realiza sobre esas personas olvidadas por esta sociedad. Una tarea magnífica que no solamente sirve como crítica social, sino que además lo hace de forma sublime, llegando directamente a la conciencia y corazón de los espectadores.
El secreto de su encanto radica en la sencillez que rodea toda la producción, desde sus actores no profesionales hasta el espectacular entorno natural en el que viven. Con muy poco presupuesto y un muy buen trabajo tras las cámaras, consigue proyectar todas las emociones posibles que el guion ofrece, haciendo que la historia que nos cuenta nos cale profundamente. La fantástica fotografía con esos inmensos paisajes interminables, las viviendas sin facilidades del primer mundo y una red de senderos por los que esta anciana pareja transita en sus quehaceres diarios, hacen que desde el primero momento nos encandile solamente con observarles.
Y si bien el entorno es espectacular, cuando empezamos a conocer la historia de sus protagonistas a través de las conversaciones que mantienen, los querremos aún más. La forma en que pasan el día a día con sus frases punzantes cargadas de ironía en unos momentos y de ternura y sensibilidad en otros, hacen que saltemos de una sonrisa amable y picarona a que se nos seque la garganta, siempre agarrados a la butaca expectantes por lo que vendrá a continuación.
Vivir prácticamente aislados no es tarea fácil y mucho menos cuando se es octogenario y no te queda más en la vida que tus pocas posesiones. La historia que nos cuenta es maravillosa, ellos no necesitan más, pero el trasfondo que nos deja sobre la despoblación en el mundo rural deja un gran calado en el espectador. Todas las bondades que puede tener a nivel natural y de convivencia se ven mermadas por la poca disponibilidad de los servicios esenciales, y esto provoca que ese estilo de vida se desvanezca poco a poco hasta que no quede rastro de él.
El poso que nos deja esta muy recomendable película es para que charlemos sobre ella durante un buen rato tras su visionado, demostrando que el mensaje llega claro y fuerte al espectador. Consiguió una mención especial por parte del jurado en el pasado Festival Nits de Cinema Oriental de Vic, y de la que esperamos tenga distribución para así pueda ser disfrutada por un público más amplio. Suerte.
El secreto de su encanto radica en la sencillez que rodea toda la producción, desde sus actores no profesionales hasta el espectacular entorno natural en el que viven. Con muy poco presupuesto y un muy buen trabajo tras las cámaras, consigue proyectar todas las emociones posibles que el guion ofrece, haciendo que la historia que nos cuenta nos cale profundamente. La fantástica fotografía con esos inmensos paisajes interminables, las viviendas sin facilidades del primer mundo y una red de senderos por los que esta anciana pareja transita en sus quehaceres diarios, hacen que desde el primero momento nos encandile solamente con observarles.
Y si bien el entorno es espectacular, cuando empezamos a conocer la historia de sus protagonistas a través de las conversaciones que mantienen, los querremos aún más. La forma en que pasan el día a día con sus frases punzantes cargadas de ironía en unos momentos y de ternura y sensibilidad en otros, hacen que saltemos de una sonrisa amable y picarona a que se nos seque la garganta, siempre agarrados a la butaca expectantes por lo que vendrá a continuación.
Vivir prácticamente aislados no es tarea fácil y mucho menos cuando se es octogenario y no te queda más en la vida que tus pocas posesiones. La historia que nos cuenta es maravillosa, ellos no necesitan más, pero el trasfondo que nos deja sobre la despoblación en el mundo rural deja un gran calado en el espectador. Todas las bondades que puede tener a nivel natural y de convivencia se ven mermadas por la poca disponibilidad de los servicios esenciales, y esto provoca que ese estilo de vida se desvanezca poco a poco hasta que no quede rastro de él.
El poso que nos deja esta muy recomendable película es para que charlemos sobre ella durante un buen rato tras su visionado, demostrando que el mensaje llega claro y fuerte al espectador. Consiguió una mención especial por parte del jurado en el pasado Festival Nits de Cinema Oriental de Vic, y de la que esperamos tenga distribución para así pueda ser disfrutada por un público más amplio. Suerte.
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