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25 julio, 2020

Festival Nits 2020 ~ Día 2

Segunda jornada de festival y da la sensación de que llevamos más tiempo por la cantidad de películas que estamos viendo. El día no tiene más horas y la agenda se tiene que apretar al máximo para dar cabida a todos los títulos que se tenían previstos para esta edición. Pero tal y como dicen, sarna con gusto no pica y mucho menos con tanto hidroalcohol...

Así pues, comenzaba la mañana con la sesión matinal infantil proyectándose una la película japonesa Yatsurugi 9 de Yohei Tomie.

HYPC
Habitual ya en este festival, no podía faltar un año más una nueva entrega de Yatsurugi, el tokusatsu por autonomasia que desde hace ya unos cuantos años emite la cadena local de Chiba en Japón, y que anualmente (hasta la fecha) realizan un especial en formato película. En esta novena entrega, las fuerzas del mal se apoderarán y poseerán varios juguetes infantiles para convertirlos en criaturas malignas que acosarán a esta pequeña localidad.

Como siempre, no se espera sorpresa alguna con este tipo de películas y mucho menos con esta franquicia. Todas cortadas con el mismo patrón, al final casi que se pueden describir sin haberlas visto... pero por ese mismo motivo es por lo que son tan especiales y por los que tienen tantos seguidores. Una más para la saca, y que continúen con este ritmo.

Seguíamos con otro anime del país nipón, pero esta vez enfocado a un público más adulto. Se trataba de Psycho-Pass:SS de Naoyoshi Shiotani y Katsuyuki Motohiro.

Production IG
Basada en la serie de anime con el mismo nombre, la cual ya lleva dos temporadas emitidas por FujiTV con un buen número de fans, estas tres películas independientes entre sí y autoconclusivas desarrollarán diferentes casos que tendrán que seguir y resolver los compañeros de la policía de investigación. Emitidas en sesión continua como si de una maratón se tratase, se pudo ver todo este pack del tirón.

Mezlca de animación 3D con dibujo tradicional, el argumento se centra en casos relativos a situaciones producidas en el supuesto futuro en el que se ubica, centrándose cada uno de ellos en personajes concretos y desarrollando un poco más sus personalidades, siendo todos ellos tratados en los tres casos. Una forma más de expandir el universo de la serie que, aunque no se siga, se puede seguir sin ningún problema.

La tercera película del día y dejando un poco aparcados los animes, era otra producción japones que tenía además un componente muy especial. Se trataba de Tunguska Butterfly de Akira Nobi.

Mamezo Pictures
Esta es la última película de la conocida actriz Asami, famosa dentro de este género ya que tiene una buena tanda de trabajos a sus espaldas. Por ese mismo motivo y antes de la proyección del film, nos pasaban un vídeo en el que agradecía al Festival muy emocionada la entrega del Premio Honorífico por su trayectoria en el mundo del cine. Una lástima que no haya podido asistir presencialmente por la situación actual que estamos viviendo, pero al menos podemos ver su película en pantalla de cine.

Aún así, e intuyendo de antemano que no iba a ser una maravilla contando que no se trataba de una gran producción, la mezcla que hace entre drama y cine de artes marciales no acaba de cuajar del todo. Por la segunda no hay ningún problema, ya que se ve que la actriz aún sigue estando en forma para repartir unos cuantos mamporros al personal, que siempre es de agradecer. Pero el resto del argumento que sustenta las escenas de acción no están a la altura y queda bastante descompensada, aparte de las poco acertadas actuaciones de sus protagonistas. Entretenida.

Y siguiendo con la agenda le tocaba el turno a la comedia romántica de origen tailandés Friend Zone de Chayanop Boonprokob.

Jorkwang Films
Contra todo pronóstico, la película no ha sido tan ñoña como teníamos previsto. Sí que tiene sus momentos de transición en que ha de tocar a fondo el tema romántico porque así lo exige el guión (y lo demanda el espectador adolescente), pero la verdad es que está bastante entretenida. Según parece, ha causado furor en su país y allá donde se ha exportado, y es que el tipo de humor blanco que utiliza sin ningún tipo de prejuicios entra bastante bien al público.

La historia nos cuenta las aventuras y desventuras de una pareja de jóvenes que no pasan de la llamada friend zone, aunque la tensión amorosa que existe entre ellos sea demasiado grande. Un ir y venir desde la adolescencia hasta la edad adulta, pasando por diversidad de localizaciones (a veces parece un vídeo promoción de la compañía aérea Thai Airways) en busca de amores y desengaños. Lo más destacable son las pequeñas conversaciones entre los chicos que se encuentran en esa misma situación y explican sus experiencias.

La sesión al aire libre de ayer era para otra película de animación, Her blue sky de Tatsuyuki Nagai.

CloverWorks
Tercera película de Tatsuyuki Nagai que se desarrolla en la pequeña localidad rural de Chichibu y con la que vuelve a profundizar en los sentimientos de las personas. Esta vez se trata de una joven y su hermana, con la que se lleva 14 años de diferencia, las cuales viven solas tras la muerte de sus padres pocos años después de nacer la pequeña. Rompiendo cualquier sueño de hacer vida en la capital, la mayor tiene que asumir el rol y cuidar tanto de la casa como de su hermana.

La historia toma un carácter mucho más complejo cuando a día de hoy y tras tantos años conviviendo solamente con su hermana, aparece un ente del pasado de nuevo en sus vidas. Se trata del novio de la hermana mayor, el cual se marchó a buscar fortuna con la música a Tokyo y del cual no se sabe nada desde entonces. Ese cruce del pasado con el presente hará revivir viejos sentimientos que parecían perdidos y harán surgir otros nuevos que provocarán en la pequeña experimentar sensaciones que no había tenido nunca. Un coming-of-age amable y bonito.

Y para cerrar el día volviendo al Vigatà, una nueva sesión doble prácticamente grindhouse la cual comenzaba con el título japonés Hydra de Kensuke Sonomura.

Polyphonic
Película que toma como referencia para su desarrollo la incompresible desaparición de personas en Japón sin motivo alguno aparente y que canaliza en una historia de venganza y violencia que, como suele pasar, tiene también su componente dramático de fondo. Se ha hablado de ella como el John Wick del país nipón, pero a mi parecer (y salvando las distancias presupuestarias), es mucho más cercana a la realidad de la ley de la calle.

La historia nos habla de la existencia de una organización secreta que intenta mantener el orden dentro del mundo underground, haciendo así que la ciudad sea un poco más segura. Para ello utiliza a un joven cocinero que tras su empleo tapadera podremos descubrir como actúa esta sociedad. El problema vendrá cuando la yakuza querrá poner fin a sus movimientos. Lo más destacable son sus impresionantes escenas de acción, a base de peleas al estilo callejero y muy bien coreografiadas, sin utilizar ningún tipo de parafernalia extra. Si no fuese por la ralentización del ritmo en su parte dramática, la película daría mucho más que hablar.

Cerrando la jornada ya entrada la madrugada, los espectadores nos volvimos locos con la proyección de Crazy Samurai Musashi de Yuji Shimomura.

WestNight
Esta película venía acompañada de una publicidad un tanto curiosa, la de haber conseguido el récord de poseer el plano secuencia más largo del cine, con nada más y nada menos que 71 minutos de duración. Para ello toma como referencia al mito de Miyamoto Musashi, samurai rebelde con fama de ser un guerrero imbatible, el cual tuvo en su haber un sinfín de muertes.

Más allá de esta breve introducción, la película es una completa pantomima como si de un juego de rol en vivo se tratase. Esa más de una hora de rodaje sin parar se centra en el protagonista y su pelea contra todo un clan de samuráis, en la que el limitado número de actores va reapareciendo una vez tras otras, muriendo y remuriendo 4 o 5 veces durante toda la pelea. Más que asombro, lo que ha provocado ha sido más de una risa en los espectadores, los cuales nos lo tomábamos a cachondeo.

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