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17 noviembre, 2016

Terrormolins 2016 ~ Día 6

Ayer tuvimos la suerte de poder ver cuatro películas, divididas en dos sesiones dobles, que contentaron al público y nuestras ganas de ver cine de terror. Intentando sacar un factor común, podría aventurarme a decir que tres de ellas hacían crítica de algunos aspectos candentes en la sociedad, ya que o están basadas en hechos reales o como telón de fondo se ambientan en épocas difíciles.

La primera de la tarde fue la británica Cruel Summer, ópera prima escrita y dirigida por Phillip Escott y Craig Newman, los cuales estuvieron presentes en la sala haciendo una breve introducción.
Basada en hechos reales que sucedieron cerca de la localidad de Sheffield (Inglaterra) en 2004, la película narra la historia de cómo tres jóvenes asesinaron sin contemplaciones a un chico con dificultades, el cual se encontraba de acampada cerca de un lago. Ya desde el inicio, ésta nos desarrolla los personajes poco a poco, mostrando las personalidades de cada uno y dejando clara su posición y mentalidad dentro de esta sociedad, actitud que desemboca en el fatal desenlace.

La forma en que narra esta historia quizá no sea del agrado de todos, ya que se cocina muy lentamente sin mostrar escena alguna que sea de puro género, pero creo que el ejercicio que realiza el director para ir cogiéndoles tirria a estos tres jóvenes (y sabiendo sobretodo cómo va a acabar) está muy bien conseguido. Además, todo ese calentamiento previo provoca que en el momento del encuentro con la víctima y el inicio de los abusos hacia la misma, inquiete más al espectador. Todo es posible gracias a unas actuaciones más que correctas, las cuales imprimen la suficiente veracidad como para poder creernos lo que estamos viendo.

Ciertos aspectos de la misma nos recordarán indudablemente al genial survival Eden Lake (James Watkins, 2008), el cual era más explícito en cuanto a violencia se refiere, pero que por actitud de los jóvenes es exactamente igual. U otra película mucho más reciente e incluso más parecida si cabe es la polaca Playground (Bartosz M. Kowalski, 2016), la cual levantó ampollas en el último Festival de cine de San Sebastián por recrear tan fielmente otro caso real de este tipo. El caso es que hay que notar que algo está pasando en esta sociedad para que varias películas nos hagan ver este problema, ya sea con mayor o menor crítica, pero que realmente hay que subsanar.

La siguiente ha sido la iraní Under the Shadow de Babak Anvari, la cual tuvo una presentación previa en vídeo por parte del mismo director.
Los medios comentaban que ésta era la nueva Babadook (Jennifer Kent, 2014) y eso me atrajo bastante, pero la verdad es que esa comparativa tan extendida a los cuatro vientos le ha hecho más mal que bien. La película tiene un desarrollo similar, sí, donde una madre y su hija viven el ligero acoso de un genio malvado (Djinn en su cultura) mientras en las calles se desata la guerra, pero queda muy lejos de aquella genialidad que sorprendiera hace dos años. 

La película está muy bien realizada, sobretodo en el aspecto de ambientar ese Irán de los años ochenta sucumbido en una guerra interminable, haciendo hincapié en la posición que tenía la mujer en aquella sociedad y que aún a día de hoy perdura en muchos países. Un vehículo que utiliza muy bien como crítica para mostrar al mundo esta realidad, y que le ha valido para ser seleccionada como película de habla no inglesa para los Oscar.

Las actuaciones están muy bien conseguidas también, sobretodo por la evolución que sufren tanto madre como hija a medida que los miedos se apoderan de ellas, pero es que aún así no he conseguido encontrarle esa atmósfera que una película de este tipo necesita, más allá de los sustos fáciles en su tramo final. No me ha parecido una mala película, pero no la veo más allá que una crítica social.

Y ya entrando en el segundo bloque de películas, comenzamos con otra ópera prima, Tear me apart de Alex Lightman, el cual estuvo presente junto al productor para introducirnos su película.
La verdad es que tras calentar al público con una breve explicación de lo que estábamos a punto de ver y unas escenas iniciales que hacían referencia a ello, la película no ha dado más de si. Nos explica la vida de dos hermanos que intentan sobrevivir como pueden en un mundo post-apocalíptico y que a partir de la llegada de una joven a sus vidas comenzará a cambiar su quehacer diario.

Una historia poco convincente que no presenta ningún rasgo de originalidad, sumado además a un desarrollo con bastantes tropiezos, hacen que esta película no me haya llamado la atención en nada. Para más inri, las actuaciones de los principales protagonistas chirrían bastante y hacen que el conjunto empeore aún más si cabe. Lo único que destacaría son las tomas aéreas de las localizaciones y poco más.  

Y para terminar la noche otra película basada en hechos reales, Lake Bodom de Taneli Mustonen.
La historia toma como punto de partida los asesinatos que se cometieron en el Lago Bodom (Finlandia) en 1960, donde tres jóvenes murieron y otro fue herido mientras estaban allí de acampada. A partir de aquí, se desarrolla un slasher teenager de manual, donde a golpe de susto y cuchillo irán cayendo las víctimas hasta llegar a su desenlace final.

La película tiene buen ritmo y una genial banda sonora que la acompaña, los cuales suplen perfectamente la falta de originalidad del argumento. Aún teniendo un par de giros a lo largo de su desarrollo son bastante previsibles, pero no afectan para que decaiga el entretenimiento. Uno ya sabe lo que va a ver en películas de este tipo, y la verdad es que no defrauda en conseguirlo.

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