Los traumas bajo el terror extremo...
- Título traducido: Devuélvemela
- Director: Danny Philippou, Michael Philippou
- Guión: Danny Philippou, Michael Philippou, Bill Hinzman
- País: Australia Año: 2025 Duración: 99 min.
- Música: Cornel Wilczek Fotografía: Aaron McLisky
- Compañía: Causeway Films, RackaRacka Studios, A24, Sony Pictures
- Intérpretes: Sally Hawkins, Billy Barratt, Sora Wong, Jonah Wren Phillips, Sally-Anne Upton, Stephen Phillips, Olga Miller, Liam Damons, Mischa Heywood, Alina Bellchambers
- Género: Terror
Sinopsis
Dos hermanos tienen que ser acogidos en un nuevo hogar tras quedarse huérfanos, pero en la nueva casa de acogida descubrirán poco a poco que algo turbio se está cociendo a sus espaldas...
A24
En su momento ya quedamos sorprendidos por el buen hacer de estos realizadores australianos con la reciente Talk to me (Philippou Bros, 2022), dejándonos en espera para la ya anunciada continuación de la misma, la cual parece que verá la luz el siguiente año. Ahora, por eso, nos presentan una nueva película, también distribuida por A24, que aunque no sea algo demasiado relevante, al menos es un leve indicador de cierta calidad.
La estructura de fondo sigue prácticamente los mismos pasos que su ópera prima, esto es, un drama psicológico donde el principal motivo de esa alteración emocional viene causada por traumas relacionados con niños o jóvenes, a la que además se le añade una excusa con tintes de terror. Y si esa capa de género está llevada al extremo, la impresión que causa en el espectador es mucho mayor.
En esta ocasión el núcleo principal se centra en la pérdida de una hija y la necesidad y voluntad de traerla a la vida de nuevo, utilizando para ello métodos que van más allá de lo racional. Papel, por cierto, que borda con mucha solvencia una Sally Hawkins que hace de madre dolorida y desesperada, la cual urge el plan (quasi) perfecto para poder hacer realidad tal deseo.
Y es que con estos hermanos no hay fronteras que valgan, ya que aún tratando con niños, no se dejan nada en la recámara y llevan al extremo algunas escenas que pondrán en jaque al espectador, haciendo que muchos de ellos aparten la vista de la pantalla. Dan rienda suelta a los pensamientos más oscuros que se les pasan por la cabeza sin ningún tipo de complejo ni tabú, y eso es de agradecer.
Quizá en ese aspecto son algo más abusivos que en su anterior película, notándose algunos momentos con cierta gratuidad, pero que no interrumpen el desarrollo de la historia. Igualmente, genera alguna que otra incógnita (o más bien nos deja con las ganas) sobre algunos de los elementos de los que se hace servir, como por ejemplo esa familia trastornada que sale en el vídeo y el origen de su culto.
Aún así, la película está muy bien hecha y te deja poso tras su visionado, cosa que otras producciones se hallan muy lejos de ello. Está claro que el cine de género es atractivo para el público y si le das dos tazas y media aún más, consiguiendo ésta remover al espectador en su butaca. Esperemos que sigan en tan buena forma para sus siguientes producciones.
La estructura de fondo sigue prácticamente los mismos pasos que su ópera prima, esto es, un drama psicológico donde el principal motivo de esa alteración emocional viene causada por traumas relacionados con niños o jóvenes, a la que además se le añade una excusa con tintes de terror. Y si esa capa de género está llevada al extremo, la impresión que causa en el espectador es mucho mayor.
En esta ocasión el núcleo principal se centra en la pérdida de una hija y la necesidad y voluntad de traerla a la vida de nuevo, utilizando para ello métodos que van más allá de lo racional. Papel, por cierto, que borda con mucha solvencia una Sally Hawkins que hace de madre dolorida y desesperada, la cual urge el plan (quasi) perfecto para poder hacer realidad tal deseo.
Y es que con estos hermanos no hay fronteras que valgan, ya que aún tratando con niños, no se dejan nada en la recámara y llevan al extremo algunas escenas que pondrán en jaque al espectador, haciendo que muchos de ellos aparten la vista de la pantalla. Dan rienda suelta a los pensamientos más oscuros que se les pasan por la cabeza sin ningún tipo de complejo ni tabú, y eso es de agradecer.
Quizá en ese aspecto son algo más abusivos que en su anterior película, notándose algunos momentos con cierta gratuidad, pero que no interrumpen el desarrollo de la historia. Igualmente, genera alguna que otra incógnita (o más bien nos deja con las ganas) sobre algunos de los elementos de los que se hace servir, como por ejemplo esa familia trastornada que sale en el vídeo y el origen de su culto.
Aún así, la película está muy bien hecha y te deja poso tras su visionado, cosa que otras producciones se hallan muy lejos de ello. Está claro que el cine de género es atractivo para el público y si le das dos tazas y media aún más, consiguiendo ésta remover al espectador en su butaca. Esperemos que sigan en tan buena forma para sus siguientes producciones.
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