Con este título qué podía fallar...
- Título traducido: Space Truckers: Transporte espacial
- Director: Stuart Gordon
- Guión: Ted Mann, Stuart Gordon
- País: Reino Unido Año: 1996 Duración: 96 min.
- Música: Colin Towns Fotografía: Mac Ahlberg
- Compañía: Goldcrest Films, Peter Newman, Irish Film Industry
- Intérpretes: Dennis Hopper, Shane Rimmer, Charles Dance, Stephen Dorff, Jason O'Mara, Debi Mazar, Roger Gregg, Denis Akiyama, Seamus Flavin, Graeme Wilkinson, George Wendt, Barbara Crampton
- Género: Ciencia Ficción, Comedia
Sinopsis
John Canyon es un veterano transportista espacial que desde hace muchos años ya va cruzando la galaxia con su vieja pero robusta nave-camión. Ahora, en su última entrega, se verá implicado en una encrucijada de la que tendrá que salir recurriendo a los bajos fondos realizando un trabajo algo especial. En su huida llevará consigo a la camarera de sus sueños y al novato de la empresa, pero se encontrarán con que la fuga se les complicará al aparecer un navío de piratas espaciales...
John Canyon es un veterano transportista espacial que desde hace muchos años ya va cruzando la galaxia con su vieja pero robusta nave-camión. Ahora, en su última entrega, se verá implicado en una encrucijada de la que tendrá que salir recurriendo a los bajos fondos realizando un trabajo algo especial. En su huida llevará consigo a la camarera de sus sueños y al novato de la empresa, pero se encontrarán con que la fuga se les complicará al aparecer un navío de piratas espaciales...
Goldcrest Films
El sello de Stuart Gordon siempre es señal de que la película que vamos a ver, como mínimo será muy entretenida, ya que los elementos comunes con los que trabaja, tanto el humor negro como esa acidez al diseñar algunas de sus criaturas, ya han marcado un estilo propio. No se le puede pedir más a un realizador que trabaja con medios tan limitados, así que solamente queda agradecer cada película que ha llevado a la gran pantalla (o en muchos casos, a los hogares en formato VHS)...
Para esta ocasión retoma el concepto de aventura espacial, haciéndose servir de un veterano Dennis Hopper y un joven Stephen Dorff que harán de tándem para acercarlo también a una buddy movie, y al que le añade el toque femenino con la algo más desconocida Shane Rimmer. Como si de una pequeña space opera se tratase, Gordon añade los ingredientes necesarios para que esta serie b funcione a la perfección como producto de entretenimiento sin esperar nada más de ella.
Ya desde el primer momento nos percatamos del tono de comedia que va a utilizar durante todo el metraje, con lo que todo lo que venga a partir de entonces quedará suavizado para posibles críticas. Los diálogos no es que sean rebuscados ni toquen aspectos científicos relevantes, así la entrega del espectador a ella será mucho más fácil. De todos modos, en su menos de hora y media de duración, consigue meter tantas cosas que casi no dará tiempo mas que a disfrutar de lo que estamos viendo.
Otro punto a favor son los efectos especiales. Puede que sea la primera en la que Gordon se hace servir de CGI para crearlos, aparte de sus ya tradicionales efectos prácticos, pero hay que decir que, para ser un producto de serie b y salvando las distancias, están más que conseguidos. Igualmente destacar a ese malvado interpretado por el gran Charles Band al que reboza con todo tipo de parafernalia biomecánica y que acaba consiguiendo un aspecto entre cómico y repugnante como el director nos tiene acostumbrados.
En definitiva, una película que hay que rescatar del olvido, ya que no ha envejecido tan mal y sigue divirtiendo tanto como entonces. Ya sea por la química que hay entre los actores o porque la historia es irreverentemente clásica, pero hay que darle una oportunidad más allá de hacer un seguimiento a la filmografía de este director.
Ya desde el primer momento nos percatamos del tono de comedia que va a utilizar durante todo el metraje, con lo que todo lo que venga a partir de entonces quedará suavizado para posibles críticas. Los diálogos no es que sean rebuscados ni toquen aspectos científicos relevantes, así la entrega del espectador a ella será mucho más fácil. De todos modos, en su menos de hora y media de duración, consigue meter tantas cosas que casi no dará tiempo mas que a disfrutar de lo que estamos viendo.
Otro punto a favor son los efectos especiales. Puede que sea la primera en la que Gordon se hace servir de CGI para crearlos, aparte de sus ya tradicionales efectos prácticos, pero hay que decir que, para ser un producto de serie b y salvando las distancias, están más que conseguidos. Igualmente destacar a ese malvado interpretado por el gran Charles Band al que reboza con todo tipo de parafernalia biomecánica y que acaba consiguiendo un aspecto entre cómico y repugnante como el director nos tiene acostumbrados.
En definitiva, una película que hay que rescatar del olvido, ya que no ha envejecido tan mal y sigue divirtiendo tanto como entonces. Ya sea por la química que hay entre los actores o porque la historia es irreverentemente clásica, pero hay que darle una oportunidad más allá de hacer un seguimiento a la filmografía de este director.
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