Carta de amor al cine...
- Título traducido: Érase una vez en... Hollywood
- Director: Quentin Tarantino
- Guión: Quentin Tarantino
- País: Estados Unidos Año: 2019 Duración: 165 min.
- Música: Varios Fotografía: Robert Richardson
- Compañía: Sony Pictures, Heyday Films, Visiona Romantica
- Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Brad Pitt, Margot Robbie, Emile Hirsch, Margaret Qualley, Al Pacino, Kurt Russell, Bruce Dern, Timothy Olyphant, Dakota Fanning, Damian Lewis, Luke Perry, Lorenza Izzo, Michael Madsen, Zoe Bell, Clifton Collins Jr., Scoot McNairy
- Género: Thriller, Drama, Comedia
Sinopsis
Rick Dalton, veterano actor famoso por sus westerns de los años cincuenta, ha entrado en crisis personal al percatarse que en este nuevo Hollywood de finales de los sesenta ya no tiene cabida. Junto con su inseparable amigo y compañero de trabajo como doble especialista, Cliff Booth,intentarán pasar esta crisis de la mejor manera posible...
Rick Dalton, veterano actor famoso por sus westerns de los años cincuenta, ha entrado en crisis personal al percatarse que en este nuevo Hollywood de finales de los sesenta ya no tiene cabida. Junto con su inseparable amigo y compañero de trabajo como doble especialista, Cliff Booth,intentarán pasar esta crisis de la mejor manera posible...
Mucho se rumoreaba sobre esta película cuando se desveló que en su guión se incorporaba la fatídica historia que sufrió Roman Polanski y su esposa Sharon Tate, la cual fue maquinada por el desequilibrado Charles Manson. Sobretodo cuando detrás de la misma estaba la maquiavélica mente de uno de los directores más talentosos y controvertidos de los últimos años. Pero más allá de las especulaciones que se hayan podido dar, sobretodo en las redes sociales, esta película va mucho más allá, dejando este hecho como anecdótico y realizando una oda de amor al mundo del cine que encandilará al aficionado con sus historias, sus referencias y su genial banda sonora...
Tarantino nos sitúa en el Hollywood de finales de los años sesenta, donde en esta meca del cine se están produciendo grandes cambios y en el que nuestro principal y veterano protagonista está sufriendo la transición hacia la irremediable conversión para pasar a ser una vieja gloria. Una excusa igual que las otras tramas desarrolladas por sus compañeros de reparto para que este director pueda darse (y darnos) el gustazo de desplegar en forma de película todo el universo cinematógrafico que lleva acumulado en su interior.
Porque aunque el guión no sea de los más elaborados dentro de su ya dilatada carrera, la dirección sí que sigue siendo tan excelente como siempre e incluso bajo mi punto de vista de las mejores que ha hecho. La madurez que ha conseguido y que viene apreciándose desde sus últimos títulos queda reflejada en este tratado sobre cine, acumulando escenas que quedarán en la mente para reposar tras su visionado. Todo ello por supuesto con ese toque de humor cínico al que nos tiene acostumbrados, convirtiendo lo que es un drama real en una comedia bien medida.
Todas las referencias habidas y por haber, tanto de la época como a su propia obra, son un auténtico lujo. Todo está cuidado al mínimo detalle, igual que los escenarios, la ambientación y la forma de ver el mundo de la industria cinematográfica desde su interior, reflejando todas las caras que ésta puede llegar a ofrecer. Igualmente, la exquisita banda sonora seleccionada para la ocasión está a la altura de la película, como sucede con el resto de su filmografía, donde a estas alturas ya conocemos el buen gusto del director para seleccionar los temas que las acompañan.
Por supuesto que todo esto no funcionaría tan bien si no fuese por la magnífica interpretación que sus tres principales protagonistas realizan. Empezando por Leonardo DiCaprio y su actuación sobre la actuación de un actor. Puede parecer algo irrisorio dicho así, pero harto difícil debe ser llevarlo a cabo sin ser histriónico. Brad Pitt se lleva las mejores escenas haciendo lo que sabe hacer, de él mismo. Y la ya asentada Margot Robbie hace que se detenga todo lo que la rodea con una naturalidad increíble.
En fin, una gran película que para rematar hace honor a su título de cuento infantil o de hadas, donde Tarantino vuelve a concederse licencias para escribir un pasado alternativo a su gusto (y el de los demás). Una maravilla que mejora tras varios visionados y que con el tiempo, los que la defenestran hoy día, espero que le encuentren su sitio entre las mejores. Esperemos que el director no cumpla su palabra de retirarse tras realizar 10 películas y que nos siga dando alegrías tan grande como ésta...
Porque aunque el guión no sea de los más elaborados dentro de su ya dilatada carrera, la dirección sí que sigue siendo tan excelente como siempre e incluso bajo mi punto de vista de las mejores que ha hecho. La madurez que ha conseguido y que viene apreciándose desde sus últimos títulos queda reflejada en este tratado sobre cine, acumulando escenas que quedarán en la mente para reposar tras su visionado. Todo ello por supuesto con ese toque de humor cínico al que nos tiene acostumbrados, convirtiendo lo que es un drama real en una comedia bien medida.
Todas las referencias habidas y por haber, tanto de la época como a su propia obra, son un auténtico lujo. Todo está cuidado al mínimo detalle, igual que los escenarios, la ambientación y la forma de ver el mundo de la industria cinematográfica desde su interior, reflejando todas las caras que ésta puede llegar a ofrecer. Igualmente, la exquisita banda sonora seleccionada para la ocasión está a la altura de la película, como sucede con el resto de su filmografía, donde a estas alturas ya conocemos el buen gusto del director para seleccionar los temas que las acompañan.
Por supuesto que todo esto no funcionaría tan bien si no fuese por la magnífica interpretación que sus tres principales protagonistas realizan. Empezando por Leonardo DiCaprio y su actuación sobre la actuación de un actor. Puede parecer algo irrisorio dicho así, pero harto difícil debe ser llevarlo a cabo sin ser histriónico. Brad Pitt se lleva las mejores escenas haciendo lo que sabe hacer, de él mismo. Y la ya asentada Margot Robbie hace que se detenga todo lo que la rodea con una naturalidad increíble.
En fin, una gran película que para rematar hace honor a su título de cuento infantil o de hadas, donde Tarantino vuelve a concederse licencias para escribir un pasado alternativo a su gusto (y el de los demás). Una maravilla que mejora tras varios visionados y que con el tiempo, los que la defenestran hoy día, espero que le encuentren su sitio entre las mejores. Esperemos que el director no cumpla su palabra de retirarse tras realizar 10 películas y que nos siga dando alegrías tan grande como ésta...
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