Zinemaldi 2018 ~ Día 3

Tercera jornada marcada sobretodo por la presencia de Ryan Gosling y Claire Foy, los cuales se llevaron la gran atención tanto de público como de prensa, y por la proyección tanto de la película que venían a presentar como de otros trabajos no tan de primera línea y que dejaron muy buen sabor boca a los asistentes.

Comenzábamos nuestra agenda con una proyección de origen suizo que se había programado dentro de la sección Nuevos Directores, Midnight runner (2018), ópera prima de su director Hannes Baumgartner.

Modesta cinta basada en la verdadera historia de Jonas Widmer, promesa del atletismo suizo que vio tergiversada su carrera por culpa de su obsesión con la perfección, la cual nos situa justo en el momento de su declive emocional. Buen desarrollo del personaje y de su transformación hacia esa persona más violenta y desorientada, pero aún así no acaba de atrapar al espectador totalmente con su puesta en escena y un ritmo bastante irregular. De todas formas, primer trabajo para este joven director que aún ejerciendo su oficio tirando de manual ya demuestra un buen quehacer.

La segunda de la jornada era la esperadísima First Man (2018) de un Damien Chazelle que volvía a ponerse manos a la obra tras ganar hace dos años el Oscar a mejor director por La La Land (2016).

Nuevo punto de vista para una hazaña que se ha llevado a pantalla en varios formatos y de la que todo el mundo se ha hecho eco alguna vez. Basada en el bestseller de James R. Hansen, la película se centra en la vida de Neil Armstrong y de cómo consiguió llegar a ser el primer hombre en poner un pie en la Luna. Con un ritmo pausado en el que intenta perfilar la versión más íntima del protagonista y de las personas que le rodean, aunque no se haga pesada en ningún momento no consigue llegar al espectador tanto como en alguno de sus anteriores trabajos. Técnicamente es excepcional y el último tramo es sin duda de lo mejor que se ha visto sobre este hito en la historia de la humanidad, pero da la sensación de que podía haber sido mucho más. Eso sí, excepcional la interpretación de Claire Foy, la cual se come la pantalla en las contadas ocasiones que aparece. Muy a tener en cuenta.

Seguíamos con otra muy interesante propuesta dentro de la sección Perlas, la cual recibió varios premios en el pasado festival de Cannes, la belga Girl (2018) de Lukas Dhont.

La película se centra en un complicado episodio en la adolescencia de Lara, una chica transgénero que intenta rehacer su vida en una nueva ciudad tras haber sufrido acoso escolar en su antigua escuela. Más allá de incidir en estos temas que por desgracia vemos cada día en los noticiarios, el director utiliza otra vertiente mucho más interesante y atractiva como es el vivir junto a la protagonista el despertar de esos sentimientos y sensaciones que suceden en el cambio natural hacia la madurez adulta. Familia, compañeras de baile, un pequeño romance,... todo ello mezclado junto a sus temores y lucha interior por encajar en una sociedad que muchas veces no le comprende. Eso sí, relatado con tal sutileza que llega al espectador de forma directa.

Y dentro de la Sección Oficial a competición, la producción estadounidense Beautiful boy (2018) del director belga Felix Van Groeningen.

Seguimos con otra de las problemáticas juveniles que están a la orden del día en esta sociedad: la drogodependencia. Para ello acompañamos a un fantástico Steve Carrell en su viaje por comprender el por qué su hijo mayor a caído en las redes de esta enfermedad y no puede salir de ellas. Una película que intenta reflejar el dolor que supone para un padre el tener que lidiar con todo lo que supone, pero que no llega despuntar ni atraer en ningún momento. Está todo tan contenido y su desarrollo es tan lineal que bien podría ser un telefilme de sobremesa, superior a la media de lo que se puede ver ahora, pero al fin y al cabo un telefilme.

Y para terminar la jornada una de las proyecciones especiales de este festival, la producción española Dantza (2018) del director vasco Telmo Esnal.

Fusión entre teatro y danza tradicional enmarcado en diferentes contextos naturales para relatarnos el ciclo de la vida de una forma un tanto peculiar. Proyecto interesante que seguramente disfrutarán mucho más quien esté familiarizado con las costumbres del País Vasco, pero que también creará fascinación entre los desconocedores de esas raíces ya sea por los increíbles movimientos que pueden llegar a realizar los artistas como por las variopintas coreografías.