Espacio sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror, donde le damos cobijo a todo tipo de películas...

13 marzo, 2018

Breeders

La otra nueva carne...

Caratula
  • Título traducido: La muerte ataca Nueva York
  • Director: Tim Kincaid
  • Guión: Tim Kincaid
  • País: Estados Unidos Año: 1986 Duración: 77 min.
  • Música: Don Great, Thomas Milano  Fotografía: Arthur D. Marks
  • Compañía: Beyond Infinity, Entertainment Concepts, Tycin Entertainment
  • Intérpretes: Teresa Farley, Lance Lewman, Frances Raines, Natalie O'Connell, Amy Brentano, LeeAnne Baker, Matt Mitler, Adriane Lee, Mae Cerar, Mark Legan
  • Género: Terror, Ciencia Ficción
Sinopsis
En Manhattan se están produciendo una serie de violaciones que concuerdan con un mismo patrón: las chicas nunca han tenido relaciones previamente y tras el asalto les quedan secuelas físicas producidas por una especie de ácido. El policía que lleva el caso junto a la doctora jefa del hospital intentarán averiguar que está sucediendo, intuyendo que se trata de algo que no es de este mundo... 

Este tipo de películas hechas para ir directamente a vídeo o a sesiones grindhouse son una auténtica lotería, siempre seleccionándolas por su atractiva carátula o por una sinopsis atractiva. Para este caso en concreto, mi inclinación a visionarla fue motivada por la curiosa historia que prometía (y que cumple, aunque no como imaginaba), donde baraja elementos de ciencia ficción, de thriller y hasta de erotismo. Que más se podía pedir para una película surgida de un país durante una época de excesos y del living la vida loca como fueron los Estados Unidos en los ochenta...

La poco más de hora y cuarto que dura es un despliegue de conversaciones chusqueras y acciones sin venir a cuento que nos harán pasar un rato formidable. Los pocos efectos que salen, así como la criatura de otro mundo que acosa a las chicas, son totalmente artesanales y de saldo (cuidado porque ésta se estrenó antes que La Mosca de Cronenberg...). Y hablando de las víctimas que son violadas, en algún momento de sus cortas actuaciones salen como su madre las trajo al mundo, así porque sí, para deleite (o no) del espectador. Eso sí, el final es tan descabellado como interesante, ya que cuando parecía del todo imposible, aún siguen saliendo elementos nuevos sin sentido para el despiporre del espectador.

Y es que uno se da cuenta de la pobre calidad que tiene este producto cuando se entera que el director se había dedicado (y parece ser que aún sigue dedicándose) al mundo del cine para adultos. No quiero decir que sea malo haciendo su trabajo, pero se nota que la dirección de actores, al menos vestidos, no es su fuerte (ni la otra dirección tampoco, para que engañarnos). Lo bueno es que esta no fue su única película de bajo presupuesto de género fantástico que realizó, ya que durante el tramo final de la década de los ochenta parece ser que se dedicó exclusivamente a ello, llevando a cabo títulos a los cuales tendré que echarles mano pronto antes de que me baje el hype...

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