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26 septiembre, 2017

Zinemaldi 2017 ~ Día 4

Ayer vivimos otra jornada con un promedio notable entre todas las películas que se vieron. La lástima de todo esto es que, las que hacen elevar la puntuación, pertenecen mayormente a la sección Perlas, y esto es un mal indicador para la identidad del festival. Pero bueno.

La mañana comenzaba con la producción austriaco-germana Licht, de la directora Barbara Albert.
Una película que, comentándola con otros asistentes después de visionado, parece que no ha gustado tanto. A mí me ha parecido una película más que decente, quizá porque desde el primer minuto he podido entrar en ella. Lo que más destaco es la representación de las diferentes clases sociales de la época y los cánones estipulados que se rigen a rajatabla, aparte de la ambientación y de la banda sonora.  Más allá de la historia de nuestra protagonista, la cual creo que es puro trámite, lo que veo es una forma de expresar la libertad de la joven mientras recibe la cura, fuera del estricto ambiente cuando vivía con sus padres. Una rareza de esas en que vas a contracorriente con la crítica.

La siguiente pertenecía a la sección Perlas, ganadora del premio especial del jurado en Cannes, 120 Batements par minute de Robin Campillo.
Rumores se oían del por qué de su selección en Cannes, pero la verdad es que la película está muy bien trabajada. Explica de forma natural la situación que se vivió (y que hoy en día continúa) en la época de los noventa con la expansión del SIDA en Francia. Muy cercana a Philadelphia (Jonathan Demme, 1993), aquí el guión se desarrolla mediante un colectivo de infectados por la enfermedad. Sensibiliza, llega al alma y en algunos momentos provoca, todo ello para que el espectador salga de la sala con las ideas claras sobre un tema más que delicado.

Y para cerrar la tarde, otra genialidad de la misma sección, You were never really here, de Lynne Ramsay.
Esta película es Phoenix en estado puro. Un papel que le viene como anillo al dedo para entregar al espectador un personaje desequilibrado emocionalmente, justiciero más allá de la frontera de la legalidad y con algunas escenas de acción que suben el nivel de adrenalina. Además, ataca directamente a esa nube de incertidumbre que sobrevuela sobre las altas esferas y de como se hace lo posible para que no salgan a la luz. Una película que quizá, por el tipo de corte con el que está confeccionada, quizá no sea del agrado de todos. Igualmente, es una gran película.

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