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09 mayo, 2017

Fant 2017 ~ Día 4

Nos encontramos en el ecuador del festival y la verdad es que, echando una vista para atrás, solamente nos queda augurar que lo que nos depare hasta su clausura sea igual o superior a lo ya vivido hasta ahora. La jornada de ayer volvió a hacer casi pleno en cuanto al número de espectadores que se pasaron por las salas, que aún siendo un día laboral, no impidió que se acercaran a ver alguna de las películas que ofrecía la programación del FANT. Seguramente ayudó mucho otra gran propuesta como es la Fiesta del Cine y sus descuentos en taquilla, que para quien no se atreva o no pueda con el bono del festival, es una buena oportunidad para disfrutar del cine fantástico.

Comenzaba la jornada con la proyección para prensa de Found footage 3D (2016), el primer largometraje del estadounidense Steven DeGennaro.
Se trata de la primera película dentro de este subgénero que se rueda en 3D, tal y como se describe en el título, y nos muestra las grabaciones realizadas en modo making-off del rodaje de una película de terror en el sur de Texas. El concepto de metacine con el que juega el director no está nada mal, utilizando como núcleo una pareja y sus problemas matrimoniales, tanto en su película como en la que están rodando dentro de la misma. Esto generará paralelamente un psicodrama, que junto a las inquietudes del equipo al notar algo raro en la casa donde ruedan, acabarán en una combinación de tensión que se acaba transfiriendo al espectador. Y es que en la rueda de prensa que realizó su propio director al terminar la proyección, dejó bien clara su intención de mezclar dos de sus películas favoritas, Scream (1996) de Wes Craven y The Blair witch project (1999) de Eduardo Sánchez y Daniel Myrick.

Y ya como horario habitual para el público general, la primera película de la tarde fue la mexicana 1974 (2016) de Victor Dryere.
También dentro del subgénero del found footage, esta cinta tiene la particularidad de haber estado rodada íntegramente en formato de 8mm, utilizando para ello equipo real de la época. Una propuesta realmente original que nos transporta aún más a la época en que se desarrolla la película, los años setenta. La historia nos relata los problemas que comienza a tener un joven matrimonio cuando, de repente, ella empieza a actuar de forma extraña y sin dar ningún tipo de explicación. Pidiendo ayuda a amigos y familia, registrarán todo lo que le sucede hasta ver que lo que realmente ocurre se les escapa del uso de la razón. La idea es original y el grano que generan las cintas de 8mm aún le da más suspense, haciendo de ella una película por la cual se llevó el mejor premio en la sección Blood Window del pasado Festival de Sitges.

Y comenzando con las retrospectivas dentro de la sección Maestros del Fant, comenzamos con la genial ¿Quién puede matar a un niño? (1976) de Narciso Ibañez Serrador.
Poco o nada se debería comentar de esta película, ya que es de visita obligada para todo aquel que le guste el cine fantástico, siendo una de las mejores obras de terror que ha dado el cine nacional. Destacar la calidad de la copia y la oportunidad de poder verla como se merece (y como nunca he tenido posibilidad de hacer), dentro de un cine y en pantalla grande.

La siguiente ha sido la portuguesa A floresta das almas perdidas (2016) de Jose Pedro Lopes.
Rodada íntegramente en blanco y negro, este drama con envoltorio de género de terror nos desarrolla la conversación mantenida entre una joven atraída por la muerte, y un señor mayor que ha perdido a su hija. La sordidez de la atmósfera y el bosque como localización mientras se desarrollan los personajes, hacen que el espectador se sienta casi confortable dentro de la película, sentimiento que cambiará en cuanto desemboque hacia su segundo y tercer acto. 

Y para finalizar la jornada una visita al cine zombi con It stains the sands red (2016) de Colin Minihan.
Curiosa película que nos relata la historia de supervivencia de una joven en el desierto de las Vegas, la cual es perseguida constantemente por un zombi. Este hecho, que aunque parezca sencillo, implica una constante huida causada por las condiciones incombustibles de su perseguidor, haciendo que la película no tenga casi parones en ningún momento. Pero claro, tantas horas de convivencia al final hará surgir un sentimiento especial entre el uno y el otro. Una película que funciona muy bien durante su primera parte mientras vivimos las peripecias de esta joven para avanzar en su misión de supervivencia, pero que se irá desinflando poco a poco a medida que el dramatismo se apodera del guión, dejando por los suelos cualquier atisbo anímico.

Otras proyecciones que se pudieron ver a lo largo de ayer fueron la original y simpática Prevenge (2016), de Alice Lowe, y la más dramática que terrorífica Into the forest (2015) de Patricia Rozema.

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