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28 octubre, 2015

La prochaine fois je viserai le coeur

El horror transformado en drama...

Caratula
  • Título traducido: La próxima vez apuntaré al corazón
  • Director: Cédric Anger
  • Guión: Cédric Anger, Yvan Stefanovitch (original)
  • País: Francia Año: 2014
  • Música: Grégoire Hetzel  Fotografía: Thomas Hardmeier
  • Compañía: Sunrise Films, Les Productions du Trésor, Mars Films
  • Intérpretes: Guillaume Canet, Ana Girardot, Jean-Yves Berteloot, Patrick Azam, Arnaud Henriet, Douglas Attal, Pierick Tournier, Alexandre Carrière, François-Dominique Blin, Franck Andrieux, Arthur Dujardin, Alice de Lencquesaing, Cédric Le Maoût
  • Género: Thriller, Drama
Sinopsis
A finales de los años 70, una población de las afueras de París estuvo sometida bajo la amenaza de un asesino en serie. Se dedicaba a quitarle la vida a chicas jóvenes sin motivo aparente alguno, evitando dejar cualquier pista que pudiese dirigir a la gendarmería hacia su posible captura y evitando cualquier control que pudiese descubrirle...

La verdad es que desconocía totalmente este punto negro en la historia actual francesa, pero me ha parecido sorprendente. Curioso que se haya rescatado y además dándole este enfoque tan distinto de lo que muchos podrían pensar. Es un thriller del cual ya sabemos como se va a resolver, así que el efecto sorpresa queda anulado totalmente. La fortaleza de esta película es cómo desarrolla todo ese camino para mantener al espectador atento...

Así pues, más que thriller es un drama. Un drama que hace al espectador cómplice de los asesinatos del protagonista, pero desde ese punto de vista distinto. Poco a poco nos irá descubriendo cómo es su vida tanto personal como social y laboral, participando de su sufrimiento como sociópata e incluso consiguiendo un punto de lástima hacia él, casi justificando los asesinatos que realiza. Todo cociéndose lentamente con muchos planos relajados y fríos, acompañado de una banda sonora que suaviza las transiciones.

Claro está, la actuación del protagonista está muy bien lograda, pasando de la histeria asesina a la tranquilidad y frialdad cuando se viste con el traje de gendarme. La escenificación nos lleva realmente a los años setenta y la colorimetría le da un aspecto aún más frío. Todo muy cuidado que provoca en el espectador sentimientos contradictorios hacia el asesino atormentado...

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