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30 octubre, 2015

Green Room

No hay que provocar a las bestias...

Caratula
  • Título traducido: Green Room
  • Director: Jeremy Saulnier
  • Guión: Jeremy Saulnier
  • País: Estados Unidos Año: 2015
  • Música: Brooke Blair  Fotografía: Sean Porter
  • Compañía: Broad Green Pictures, Film Science
  • Intérpretes: Patrick Stewart, Anton Yelchin, Imogen Poots, Alia Shawkat, Mark Webber, Taylor Tunes, Joe Cole, Brent Werzner, October Moore, Cody Burns, Mason Knight, Eric Edelstein
  • Género: Thriller
Sinopsis
Una banda de punk es contratada por una emisora de radio para realizar un concierto. Tras la entrevista se dan cuenta que les han engañado y que no habrá tal evento, así que el locutor de la radio local les busca un bolo para salir del paso. Pero resulta que es una fiesta de skin heads y al acabar el concierto se verán envueltos en un pequeño lío...

Hace un par de años que este director me sorprendió con una película que casi pasó desapercibida, Blue Ruin. Una pequeña oda a la venganza con cierta carga dramática, que me pareció muy resultona para lo que a priori parecía ser bastante sencilla. De éste su nuevo trabajo había leído alguna cosa tras pasar por algunos festivales previos al de Sitges, pero no quise alimentar el hype por precaución. Una vez vista, he de decir que sigue un argumento tan sencillo como el de su anterior trabajo, pero igual que en aquella, aquí también le saca partido dejando como resultado una película muy entretenida...

Cabalga entre una película de asedio a lo Assault on Precint 13 del maestro Carpenter y un survival horror al uso, incluyendo ese aire de Serie B que tanto apreciamos los aficionados al género. No se trata de una persecución de un grupo organizado para dar caza a unos pocos revulsivos, como se ha visto en otras películas que han tratado sobre el tema. En este aspecto el comportamiento de los personajes no se exagera, sino que para la situación en la que se encuentran se hacen bastante creíbles. Otro punto a favor es la explicitud de las imágenes en algunas escenas violentas, incrementando el mal rollo en el espectador e incluso hasta más tensión.

Al final se trata de un grupo de chavales que se han visto involucrados en un lío sin querer y los responsables no van a querer que salga a la luz, par lo que se van a mantener a salvo dentro de una habitación. Aquí es donde se va a desarrollar la mayoría del metraje, consiguiendo ese punto de tensión entre unos y otros, saliendo de la misma solamente en contados casos. Y aquí es donde sale a relucir el buen hacer de este director, ya que para lo sencillo que es el guión consigue hacer un producto más que entretenido. Una de las joyitas del pasado festival...

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