Espacio sobre cine fantástico, ciencia ficción y terror, donde le damos cobijo a todo tipo de películas...

31 enero, 2017

Looker

En busca de la perfección...

Caratula
  • Título traducido: Ojos asesinos
  • Director: Michael Crichton
  • Guión: Michael Crichton
  • País: Estados Unidos Año: 1981 Duración: 93 min.
  • Música: Barry De Vorzon  Fotografía: Paul Lohmann
  • Compañía: The Ladd Company, Warner Bros
  • Intérpretes: Albert Finney, James Coburn, Susan Dey, Leigh Taylor-Young, Dorian Harewood, Tim Rossovich, Darryl Hickman
  • Género: Thriller, Ciencia Ficción
Sinopsis
Tras la sospechosa muerte de dos modelos de anuncios comerciales para televisión, la policía busca posibles indicios de asesinato en un factor que las chicas tenían en común, su cirujano plástico. Tras cerciorarse de que algo extraño está sucediendo e implicándole para mal, el doctor decide investigar por su cuenta para averiguar quien está detrás de todo esto...
Michael Crichton siempre ha sido identificado por incluir en sus obras literarias un componente científico que va más allá de lo conocido, pero que reimagina nuevos conceptos con una base teórica creíble, fundamentada principalmente en investigaciones punteras realizadas en el momento de su concepción. Este hecho hace que sus historias, aunque fantásticas, no sean tan descabelladas como podría ser cualquier otra del género. Esa es una de las razones por la que muchos de sus best sellers han sido transportados a la gran pantalla, con mayor o menor éxito, pero que siempre han tenido ese punto extra...

En esta película vuelve a ponerse detrás de las cámaras tras haber realizado otros clásicos como Westworld (1973) o Coma (1973) (en esta última guionizó una obra de Robin Cook...), y ciertamente hay que decir que, aunque tenga ideas, técnicamente no va más allá de lo correcto. Pero aún siendo así, los principales conceptos técnicos que muestra o transmite al espectador son realmente atractivos para el aficionado al género, sobretodo viéndolo desde una perspectiva casi cuarenta años después de su estreno.
Como hilo argumental principal nos habla de la obsesión que tiene el espectador por la televisión, sea cual sea la calidad de los contenidos y que podríamos decir que sigue vigente hoy día (y que se podría trasladar incluso hasta a los smartphones, pero esa es otra historia...). Este hecho es aprovechado por las grandes empresas de productos de consumo que invierten millones en publicidad y que realmente son el motor para que las cadenas privadas puedan funcionar. Por lo tanto, es normal que cada día se investigue (e invierta) más en cómo llegar al máximo número de clientes para convertirles en potenciales compradores.

Es en este punto cuando lo ético y lo moral dejan de existir en favor de la ambición por copar las listas top de ventas, haciendo todo lo que sea posible para conseguirlo. Crichton ingenia para su película una empresa dedicada a la publicidad, la cual se centra en las actrices y actores protagonistas de los espacios publicitarios, buscando la perfección en ellos para que así sean más atractivos. ¿Y cómo hacerlo posible? Pues estudiando las tendencias de los espectadores y analizándolas con ordenadores para encontrar el punto óptimo que atraiga cuantos más consumidores mejor (¿lejos de la realidad de hoy día?...).
Tras esta base se desarrolla un thriller bastante correcto, donde encontraremos asesinatos, acusaciones infundadas, persecuciones,... todo lo básico pero necesario para entretener a cualquier espectador. Eso sí, unas actuaciones algo reguleras y una banda sonora que puede llegar a hacerse pesada, hacen que la película pierda algunos puntos en su cómputo global. Pero aún así, lo más atractivo para mi gusto y que le sube la nota, son todos esos pequeños elementos tecnológicos que toman algo de protagonismo durante el recorrido de la película.

Para empezar, las imágenes creadas por ordenador, una pequeña maravilla que un año después se explotaría en Tron (Steven Lisberger,1982), otra de mis favoritas justamente por este hecho. Después, la idea de tener actores digitales que suplanten a los reales, otro tema que hoy día es factible e incluso ya ha sido utilizado. Y por último, esos pequeños elementos, como la máquina que se mueve utilizando guías en el suelo (usado por Amazon, entre otros), el lector que registra los movimientos oculares (usado hoy día precisamente para el mismo fin, sobretodo en diseño web) y alguna cosilla más... En fin, una película que, además de haberse hecho entretenida, me ha dejado muy buen sabor de boca por todo lo relacionado con la tecnología. Recomendable.


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